Con la práctica de pilates activamos el metabolismo, que es la función corporal que regula el gasto energético. Al acelerarlo, aumentamos la temperatura corporal, la sudoración y la quema de calorías. De este modo, facilitamos la pérdida de peso de una manera gradual.
Al facilitar la pérdida de peso y tonificar la musculatura de manera gradual, conseguimos moldear la figura. El músculo no gana volumen, sino que solamente queda más definido. Al mismo tiempo, los ejercicios de estiramiento y flexibilidad también mejoran la silueta.
Los ejercicios de pilates incluyen siempre estiramientos. Estos se realizan al principio y al final, pero también están incorporados en las técnicas de tonificación. Al realizar siempre los estiramientos iremos notando un aumento en la flexibilidad.
Se trabajan de manera muy completa y específica los diferentes músculos de todo el cuerpo. Además, existe un equilibrio entre la parte superior y la inferior, a diferencia de otros deportes. Otra gran ventaja es que, además de fortalecer la musculatura, evitamos cualquier tipo de lesión.
Los elementos que hemos enumerado dan como resultado, además, una mejora de la postura corporal. La musculatura tonificada del abdomen es el soporte perfecto para una espalda recta, y lo mismo sucede al revés. Unas lumbares y dorsales firmes nos ayudan a mantener un buen abdomen. También las piernas y los glúteos fuertes son necesarios como soporte para el torso. Todo el cuerpo funciona de manera equilibrada, para que ninguna parte del cuerpo quede descompensada.
La práctica habitual de ejercicio físico aporta muchos beneficios a el sistema nervioso. En este sentido, nos ayuda a combatir trastornos como el estrés, la ansiedad o la depresión. En particular, el pilates requiere una buena concentración y coordinación. Estas dos capacidades nos obligan a despejar la mente y dejar a un lado las preocupaciones de cada día, así como cualquier sobrecarga o estrés laboral, familiar o emocional. Mientras estamos realizando la sesión, la mente se focaliza en cuestiones como el movimiento, la fuerza, el equilibrio o la respiración.