Está bastante extendido en nuestra sociedad que el desayuno es la comida más importante del día, pero realmente es más bien un mito, no es obligatorio desayunar sino sólo hacerlo como elección, si nos apetece!

No existe un número óptimo de comidas diarias, sino que depende de las calorías totales que tomemos en el día. Es decir, que lo que hay que tener en cuenta es el balance calórico al final del día, ahora sí, hay que distribuir las ingestas de modo que todos nuestros requerimientos nutricionales sean cubiertos y nos sea agradable disfrutar de la comida.

Para aprender a desayunar, si nuestra elección es hacer una primera ingesta por la mañana al despertarnos, es elegir bien los productos, cambiar nuestro estilo de vida y salud dependerá principalmente en las elecciones que hagamos a la hora de comprar y llenar nuestra despensa.

Si quieres desayunar elige comida real, natural, que te aporte los nutrientes adecuados y la clave está en la variedad. Opta por productos frescos y buenos procesados, elabora recetas sencillas que no te haga estar media mañana en la cocina, ya que muchas veces nos saltamos el desayuno por falta de tiempo. Descubre sabores nuevos mezclando por ejemplo frutas, lácteos o una adecuada fuente de proteína y algún hidrato de carbono preferiblemente integral. Todo ello nos aportará la energía que necesitamos para empezar el día, y habremos cubierto una cuarta parte de los nutrientes diarios.

Como hemos mencionado anteriormente, la falta de tiempo o el desconocimiento, así como falsa información que nos llega, nos lleva a elegir como desayuno productos no adecuados. Evita tomar cereales procesados y barritas de cereales (casi siempre muy altas en azúcares refinados), galletas y bollería (suelen incorporar grasas poco saludables como las hidrogenadas, muy perjudiciales para la salud), zumos envasados (por muchas vitaminas y naturalidad que te prometa el envase), yogures o productos 0% (suelen abusar de los edulcorantes artificiales) y especial cuidado con los productos “light”, ya que muchas veces son publicidad engañosa de la industria alimentaria que nos venden en bien grande:” bajo en grasa”, “alto en fibra”, “fuente de proteína”… sin especificar cuál es su composición mayoritaria realmente.

Os vamos a orientar con algunos ejemplos de desayunos saludables y completos, para que tengáis ideas y el hecho de desayunar no se convierta en un quebradero de cabeza!

Siguiendo nuestra costumbre más arraigada: las clásicas tostadas, elegiremos la opción de pan integral con base de aceite de oliva virgen extra y tomate, pudiendo añadir pavo al natural u otra fuente de proteína como el huevo. Otra opción podría ser cereales integrales sin azúcares añadidos con frutos secos naturales y una base de leche o yogur natural. Ocasionalmente también es buena elección un zumo natural recién exprimido, pero mejor escoger una fruta entera. Por último, tanto café como infusiones pueden aportar un extra de hidratación!

Escrito por Bea

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